Cuando era niña, Jess, que dirigía un spa improvisado para los vecinos, siempre fue una empresaria y siempre estuvo destinada a añadir un toque de belleza al mundo. Con su inquebrantable pasión por iluminar los días con pinceladas de esmalte de uñas, no es de extrañar que se haya convertido en la querida estilista de Blondify Studio. Allí, Jess teje su magia, convirtiendo cada cita con el cabello en una oportunidad para la conexión, la confianza y un viaje compartido de evolución del estilo.

Hoy en día, Jess está en cuerpo y alma detrás del sillón del salón y valora a cada cliente que se convierte en parte de su gran familia. Su clientela ideal son aquellos que crecen con ella a lo largo de los años, confiando en su visión y deleitándose con el poder transformador de un gran día de cabello. Aunque una vez coqueteó con la idea de ser funeraria, son las animadas bromas y la libertad creativa de estilo lo que realmente capturó su espíritu. Cuando no está creando looks magníficos en Blondify Studio, Jess está en casa, control en mano, jugando con su novio Ricky y acurrucándose con su gatita Gigi. La historia de Jess es una historia de creatividad, comunidad y la pura alegría de hacer que las personas se sientan lo mejor posible.